martes, 18 de noviembre de 2014

Está parado frente a mí, en el paradero

“Está parado frente a mí en el paradero. Lo miro, observo cada detalle. Tiene cara de extranjero, probablemente peruano. Los jeans azules le quedan grandes, seguramente comprados en el supermercado. Los zapatos anchos, como de trabajador, seguramente obrero. El chaleco también parece haber sido comprado en el supermercado. La mochila, marca xTreme, debe costar unas 15 o 22 lucas. Debajo del chaleco una camisa con el cuello muy limpio, pero son las ocho de la noche, seguramente va saliendo a su trabajo. Podría ser conserje de edificio. Estamos en Los Olmos con Macul, puede que viva en la población Santa Julia; está tomando la 104, la 106, la 224, o la 212, hacia el norte: trabajará en Ñuñoa, Providencia, Las Condes tal vez, incluso Vitacura, o Lo Barnechea. También en el centro, pero muy raro en Maipú o Estación Central, vía 106”.

Él está parado frente a mí, en el PD57, Macul esquina Los Olmos. Detrás mío, el camarógrafo graba con una GoPro disimulada en el bolsillo de su chaqueta. Incluso más atrás, el sonidista registra mis murmullos vía bluetooth. Pero ya es hora de terminar con los murmullos.

“Hola, disculpe, ¿puedo hacerle una pequeña encuesta?”.

“Sí, claro, pero estoy esperando la micro”.

Así que le suelto el rollo:

“¿Sabe qué? Estamos grabando”, indico la cámara en el bolsillo del camarógrafo, “es un experimento social. Si usted acepta responder esta encuesta, podemos recompensarlo con 10mil pesos y no durará más de cinco minutos, la vamos a publicar en youtube”.

“Perfecto. Acepto”.

“Ok. Le agradecemos mucho. Le voy a pedir que me entregue cualquier objeto que tenga a la mano en sus bolsillos, puede ser su celular, su biletera, un manojo de llaves, pero algo que sea suyo, una cajetilla de cigarros no sirve, por ejemplo, no sirve”.

Ya se había estado buscando algo entre los bolsillos mientras le hablaba, y finalmente me pasa su billetera.

“Bien”, muestro la billetera a la cámara, “podemos ver que es café, común y corriente, bastante pesada”, eso lo digo sopesándola, “llena de cosas… la voy a abrir sólo un poco”, le advierto al sujeto, ”vemos varias tarjetas de crédito de casas comerciales como jhonsons y ABC-Din, también esta foto donde están en la ¿Plaza de Armas de Lima?”, el sujeto asiente, “seguramente con su familia”, vuelve a asentir, “nada que nos indique la ocupación del sujeto”, entonces lo miro a la cara, “¿puedo ver cuánto dinero tiene?”, asiente, “un billete de 10 mil y cuatro de mil pesos”.

Entonces le devuelvo la billetera.

“Ahora voy a hacer una apuesta, sólo con el afán de ver si le achunto. ¿Ya?”, sólo asiente. “Bien. Yo creo que usted trabaja como conserje, que ahora viene saliendo de su casa y va camino a trabajar, vive en la población Santa Julia y su trabajo queda en la comuna de Providencia. Está esperando la 104 o la 212. Por su acento, diría que llegó a Chile hace menos de 5 años y que mantiene poco contacto con la comunidad peruana en Santiago. Mirándole las manos diría que ha trabajado también como obrero. Por todo eso, creo que sus deudas rondan los 300mil pesos, su sueldo los 280 mil, creo que tiene ficha de protección social, y que su puntaje ronda los 14.500 puntos”.

“Jajajajaja, sí tiene razón”.

Aquí se quiebra la secuencia. El sujeto aparece en primer plano.

“Hola. Mi nombre es Walter Espíndola, soy de nacionalidad peruana, trabajo como conserje en la comuna de Las Condes (aunque es casi en Providencia)”, dice mirándome, casi con complicidad, “vivo con mi señora en la población Santa Julia, y ahora voy camino al trabajo. Llegué a Chile hace casi 7 años y no tengo amigos peruanos en Santiago. Antes trabajé como repartidor y un tiempo lo hice en la construcción, aunque en mi juventud en Perú trabajé varios años en la minería, como obrero. No soy de Lima sino de Huaral, un poco más al norte. No tengo ninguna deuda en Santiago, pero envío cerca de 80mil pesos chilenos a mis hermanos chicos en Huaral. Mi sueldo es de 315mil mensuales y no tengo ficha de protección social”.

Después cerramos con la secuencia de mientras esperamos la micro con él, le conversamos, le pasamos las 10 lucas, y nos despedimos del público mientras el sujeto aborda el transantiago (104).

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