“Está parado frente a
mí en el paradero. Lo miro, observo cada detalle. Tiene cara de extranjero,
probablemente peruano. Los jeans azules le quedan grandes, seguramente
comprados en el supermercado. Los zapatos anchos, como de trabajador,
seguramente obrero. El chaleco también parece haber sido comprado en el
supermercado. La mochila, marca xTreme, debe costar unas 15 o 22 lucas. Debajo
del chaleco una camisa con el cuello muy limpio, pero son las ocho de la noche,
seguramente va saliendo a su trabajo. Podría ser conserje de edificio. Estamos
en Los Olmos con Macul, puede que viva en la población Santa Julia; está tomando
la 104, la 106, la 224, o la 212, hacia el norte: trabajará en Ñuñoa,
Providencia, Las Condes tal vez, incluso Vitacura, o Lo Barnechea. También en
el centro, pero muy raro en Maipú o Estación Central, vía 106”.
Él está parado frente a mí, en el PD57, Macul esquina Los
Olmos. Detrás mío, el camarógrafo graba con una GoPro disimulada en el bolsillo
de su chaqueta. Incluso más atrás, el sonidista registra mis murmullos vía
bluetooth. Pero ya es hora de terminar con los murmullos.
“Hola, disculpe, ¿puedo hacerle una pequeña encuesta?”.
“Sí, claro, pero estoy
esperando la micro”.
Así que le suelto el rollo:
“¿Sabe qué? Estamos
grabando”, indico la cámara en el bolsillo del camarógrafo, “es un experimento social. Si usted acepta
responder esta encuesta, podemos recompensarlo con 10mil pesos y no durará más
de cinco minutos, la vamos a publicar en youtube”.
“Perfecto. Acepto”.
“Ok. Le agradecemos
mucho. Le voy a pedir que me entregue cualquier objeto que tenga a la mano en
sus bolsillos, puede ser su celular, su biletera, un manojo de llaves, pero
algo que sea suyo, una cajetilla de cigarros no sirve, por ejemplo, no sirve”.
Ya se había estado buscando algo entre los bolsillos
mientras le hablaba, y finalmente me pasa su billetera.
“Bien”, muestro la
billetera a la cámara, “podemos ver que
es café, común y corriente, bastante pesada”, eso lo digo sopesándola, “llena de cosas… la voy a abrir sólo un
poco”, le advierto al sujeto, ”vemos
varias tarjetas de crédito de casas comerciales como jhonsons y ABC-Din, también
esta foto donde están en la ¿Plaza de Armas de Lima?”, el sujeto asiente, “seguramente con su familia”, vuelve a
asentir, “nada que nos indique la
ocupación del sujeto”, entonces lo miro a la cara, “¿puedo ver cuánto dinero tiene?”, asiente, “un billete de 10 mil y cuatro de mil pesos”.
Entonces le devuelvo la billetera.
“Ahora voy a hacer una
apuesta, sólo con el afán de ver si le achunto. ¿Ya?”, sólo asiente. “Bien. Yo creo que usted trabaja como
conserje, que ahora viene saliendo de su casa y va camino a trabajar, vive en
la población Santa Julia y su trabajo queda en la comuna de Providencia. Está
esperando la 104 o la 212. Por su acento, diría que llegó a Chile hace menos de
5 años y que mantiene poco contacto con la comunidad peruana en Santiago.
Mirándole las manos diría que ha trabajado también como obrero. Por todo eso,
creo que sus deudas rondan los 300mil pesos, su sueldo los 280 mil, creo que
tiene ficha de protección social, y que su puntaje ronda los 14.500 puntos”.
“Jajajajaja, sí tiene razón”.
Aquí se quiebra la secuencia. El sujeto aparece en primer
plano.
“Hola. Mi nombre es
Walter Espíndola, soy de nacionalidad peruana, trabajo como conserje en la
comuna de Las Condes (aunque es casi en Providencia)”, dice mirándome, casi
con complicidad, “vivo con mi señora en
la población Santa Julia, y ahora voy camino al trabajo. Llegué a Chile hace
casi 7 años y no tengo amigos peruanos en Santiago. Antes trabajé como
repartidor y un tiempo lo hice en la construcción, aunque en mi juventud en
Perú trabajé varios años en la minería, como obrero. No soy de Lima sino de
Huaral, un poco más al norte. No tengo ninguna deuda en Santiago, pero envío
cerca de 80mil pesos chilenos a mis hermanos chicos en Huaral. Mi sueldo es de
315mil mensuales y no tengo ficha de protección social”.
Después cerramos con la secuencia de mientras esperamos la
micro con él, le conversamos, le pasamos las 10 lucas, y nos despedimos del
público mientras el sujeto aborda el transantiago (104).
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