¡¿Dónde esta el link?!, preguntaron los capuchas histéricos que entraron en la agencia de publicidad, revolviendo los muebles, los cajones, las carpetas, hasta los papelillos.
¡¿Donde está el puto link?!, gritó el único capucha con una polera blanca en la cabeza, mientras sacaba una tuna fosforescente de su cinturón con una hebilla de Miguel Enriquez.
Mira conchetumadre, gritó el Irafan, enojadísimo, estoy terminando una página web para gatos con insuficiencia renal, tengo acá mismo a mi propio gato con insuficiencia renal y no por respeto a mí, si no que a esta pobre criatura que está intentando usar la web que estoy programando, te pediré amamablemente que busquen ese puto link en otro lado.
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