domingo, 22 de abril de 2012

mapocho con h

termino de almorzar, camino hasta el parque que hay en las alturas de la ribera sur del río, durante la caminata toco en reiteradas oportunidades este pedazo de metal con forma de pipa que tengo en el bolsillo, lleno de sustancia alucígena, y entonces busco un lugar cómodo, me parapeto bajo un árbol, sentado en un muro de escasa altura, con la mirada hacia el correr del río, meto los dedos a este pequeño bolsillo del pantalón de donde saco mi pipa, la considero perfecta, y un encendedor, destapo la pipa y compruebo que, aunque un poco quemada, hay aún un montón de motita, entonces la vuelvo a tapar, observo un poco alrededor, me la llevo a la boca, la muerdo con los dientes, la afirmo con la palma de una mano, con la que al mismo tiempo me hago sombra de viento, y con la otra mano prendo el encendedor, y chupo de forma que la llama entre por el agujero de la tapa de la pipa, pipa perfecta, y una, dos, tres quemadas, aspiro, guardo el humo en los pulmones, tapo el agujero de la tapa de la pipa con un dedo, asegurándome de no quemarme, exhalo, y a los pocos segundos una voz me dice "hola", y yo, volao ya, le respondo "hola", y el compadre se me acerca, amable, simpático, y me dice que si le doy unas quemás, y yo, rápidamente, o apuradamente, le digo que sí, y le acerco la pipa y el encendedor en un solo gesto, le digo que hay que meterle fuego cada vez que se quiere quemar, que hay que meterle fuego siempre, y él como que sabe, y se me sienta al lado y empieza a quemar, una, dos, tres quemás y me dice "¿paragüita?" y yo le digo puro cogollo no más, y él como que me congratula y sigue quemando, una, dos, tres, cuatro quemás, yo pienso que fumó mucho, que fue un poco muy patúo, pero amable, y me devuelve la pipa y me dice "gracias", dejándome con la pipa en la mano y la mirada en su alejar, con caminar pausado pero gracioso, simpático el weón, la hizo.

1 comentario: