jueves, 8 de marzo de 2012

Paja

Cuando pongo mi nombre en el buscador de Google aparece una vagina gigante y peluda. En mi opinión o desde mi punto de vista, mi vagina no es tan gigante ni tan peluda, pero sí puedo darle adjetivos como jugosa y olorosa. Cuando pongo mi nombre en Youtube aparece una mujer de mi mismo nombre cantando canciones de amor con poco talento, pero ella se quiere, se nota. Yo jamás haría algo parecido, cantar canciones de amor en videos publicados para un público tan amplio o bien, quererme. La verdad es que sí canto canciones de amor o canciones que tienen la palabra amor, y la verdad es que también me amo y de ves en cuando me hago el amor presionando las piernas o introduciendo objetos largopunzantes en los orificios permitidos por la Organización Mundial de la Salud. Para esto, utilizo estímulos visuales y/o mentales, pero los que son mentales siempre están mediados por recuerdos que busco olvidar o también por los otros estímulos visuales que provienen de la industria pornográfica mundial. Entonces la historia se vuelve poto-teta-poto y no hay pre historia al coito biofármacopornográfico. Es en esos momentos cuando en solo un suspiro me uno al orgasmo mundial, un sonido imperceptible para el común de los seres humanos que viven y caminan hoy en día por Santiago, capital de Chile.


1 comentario: