martes, 12 de septiembre de 2017

únicamente junto al gato



Durante algún tiempo estuve con ganas de perder peso, pero el placer de comer era insuperable, o no había encontrado otras experiencias que me ayudaran a sentirme tan reconfortado. Según una teoría del placer que escuché hace años, que dice que la pulsión del comprimir se transforma en placer durante la pulsión del dilatar, el proceso de placer de la comida es exprimir el producto alimenticio durante un rato con la boca para luego tragárselo. Se comprime y luego se hace pasar, eso es el placer de comer. Cierto día estábame comiendo un pan con manjar cuando se ocurrióseme que, después de comprimir el bolo alimenticio, en vez de hacerlo pasar por mi garganta (hacia dentro), podría hacerlo pasar nuevamente a través de mis labios (hacia afuera), parecido a lo que la anorexia llama bulimia, pero sin el proceso del vómito. Se trata simplemente de convertir la comida en un bolo alimenticio, con ayuda de los dientes, las muelas y la saliva, para luego excretarla a través de los labios, cosa que hice con gesto tal que el bolo saliera con forma tubular, muy similar a la forma de las fecas humanas, aunque de tamaño notablemente inferior, y con un olor mucho más apetitoso, que al gato le pareció exquisito, procediendo inmediatamente a comérselo. Con los días comencé a comer de esa forma, disfrutando el sabor de todo tipo de comidas, sin engordar, y entregándole exquisiteces impensadas al gato. Lamentablemente no podía practicar este método en público, así que lo hacía solo en casa. Era una actividad que podía practicar únicamente junto al gato.

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