martes, 24 de mayo de 2016

ñañame

ñañame

una historia poco conocida acerca de la participación del vergonzoso ejército de Chile en el proceso de postindependencia del Camerún me fue relatada por un militar guatemalteco que conocí en una discoteca de música cubana en pleno barrio cívico -el distrito londinense- de Hong Kong

según su relato, para 1981 el gobierno independentista de Ahmadou Adhijo había implantando una economía liberal en todo el Camerún, basándose principalmente en el agro: el cocoñame en la costa, el tabaco en la montaña, y el maní en las planicies meridionales del lago Chad, al norte del país

el poderío armamentístico de la república era insuperable, pero con el paso de casi dos décadas una decena de las más de 200 comunidades tribales se habían levantado en armas por todo lo largo y ancho del país, no pocas de ellas apoyadas desde el extranjero por lo que el uniformado guatemalteco llamó comunismo internacional

ante la inminente caída del gobierno, Adhijo acudió a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York para pedir refuerzos internacionales, consiguiendo que varios contingentes de los cascos azules se apersonaran en Yaoundé, la capital, pero también en Maroua, al norte, e incluso por el sur, en Ebolowa

algunos ejércitos financiados por la Central Inteligency Agency de los Estados Unidos de Norteamérica enviaron asimismo tropas para defender "la república" liberal, dejándose caer un contingente chileno en la costera ciudad de Limbe

la llegada del contingente chileno se remonta a un suceso acaecido dos años antes, cuando el recién asumido dictador de la Guinea Ecuatorial, Theodore OBiang, visitaba en Washington la sede del banco Riggs junto a su esposa, Constancia Mangue

esta señora tuvo la ocurrencia de cenar sola en un lujoso restaurant en el distrito de Silver Spring, Maryland, la antigua zona financiera de la capital estadounidense, percatándose, mientras saboreaba su filete mignón, de la entrada al lugar una pareja muy elegante rodeada de varios guardaespaldas

se trataba de Augusto Pinochet y Lucía Hiriart, que habían acudido a la ciudad en misiones similares, internando valores de dudosa procedencia en el banco Riggs y viviendo el lujo estadounidense aunque apenas hablaran inglés

la señora Mangue se llevó una muy buena impresión de la pareja y organizó para el día siguiente que OBiang y Pinochet almorzaran juntos en el restaurant MySweetPrince, a pocas cuadras de la sede del Fondo Monetario Internacional, sin prensa, encuentro donde se dejaron invitados el uno al otro a conocer sus respectivas dictaduras, pese a la repulsión que causaba en la señora Hiriat el hecho de que la pareja africana tuviera la piel negra

de regreso a Malabo, OBiang se enteró de la guerra de guerrillas que se estaba gestando al este del Camerún, a pocas millas náuticas de su palacio de gobierno, y supo que varias plantaciones que coadministraba junto a latifundistas alemanes en los alrededores de Tiko habían sido tomadas por el nuevo Ejército Popular de la Ambazonía, zona dominada por los ingleses desde el tratado de Versalles, pero donde muchos intereses alemanes habían sido respetados tras la disolución del imperio teutón en 1917

este ejército popular proclamaba el socialismo en cada ciudad que liberaba y se alimentaba de armas y contingente cubano que huía de la anarquía angoleña

el pequeño ejército de la Guinea Ecuatorial envió algunas tropas a Buea, que fueron apoyadas por un destacamento del Ejército de Chile enviado directamente por Pinochet para defender los intereses de su "amigo personal", el señor OBiang

este destacamento viajó en un avión Hércules de la fuerza aérea chilena, aterrizando en la capital guineana la segunda quincena de enero de 1981

se trataba de una veintena de conscriptos de entre 17 y 20 años, más bien flacos y bajos, particularmente blancos, comandados por tres militares de mayor rango, vestidos con boinas negras, que se hacían llamar, justamente, boinas negras, es decir lo que se conoce como comandos

ningún conscripto hablaba inglés, y sólo dos de los comandos, así que junto a ellos viajó una señorita de apellido Malache (se pronuncia malach) que ejerció las funciones de intérprete español-francés

tras dos noches en Malabo, donde abundó el licor de ñañame y donde más de un conscripto conoció las amplias vaginas de las prostitutas africanas, los valientes soldados se embarcaron en un lanchón de madera bautizado como Belle Michelle, primeras y últimas palabras francófonas que la señorita Malache vio o escuchó en la hispanohablante Guinea

las 18 millas náuticas que separan a Malabo de Limbe fueron recorridas por la Belle Michelle en algo así como dos horas. el desembarco en Limbe no fue especialmente glorioso y mucho menos lo que siguió, ya que el destacamento fue prácticamente abandonado por los funcionarios guineanos que los habían acompañado

sin saber qué hacer, el comando de mayor rango, Capitán Korpaski, envió a la señorita Malache a preguntar a los negros del muelle dónde podían refugiarse. lamentablemente el francés académico de la señorita nada tenía que ver con francés mezclado con alemán, inglés y quién sabe qué otros idiomas africanos que hablaban los lugareños, y sólo pudo obtener una dirección en la que caminar, dirección hacia la cual los negros apuntaban al escuchar la palabra ejército

los conscriptos provenientes principalmente de poblaciones "callampa" del gran Santiago aguantaron sólo un par de horas caminando bajo el aplastante calor ecuatorial, asimismo la señorita Malache. alegaban, además, que la caminata no tenía sentido, pues nadie sabía a dónde dirigirse

los boinas negra en todo caso obligaron al grupo a continuar la marcha. iban por un camino de tierra roja rodeado de una espesa selva verde. al cabo de dos o tres horas encontraron lo que les habían prometido los lugareños, un cuartel del ejército camerunés

esta vez la señorita Malache logró entenderse con los militares, quienes se mostraron muy sorprendidos con la ayuda recibida desde Sudamérica, y enviaron al destacamento a cuidar un puesto de una carretera secundaria casi sin circulación en Moliwe

sin demasiados cuestionamientos el destacamento cumplió funciones durante dos o tres semanas, en las que apenas cruzaron el puesto unos cuantos arrieros de la zona, mujeres cargando frutas, nada que los conscriptos consideraran digno de preocupación

además de los camarotes, el puesto de carretera contaba con una amplia sala de estar, una especie de quincho al aire libre que tenía una radio y una televisión conectada a un satélite con la que se podían sintonizar las transmisiones de Eurovisión

el día 19 de febrero a las 4am uno de los conscriptos se aburrió de escuchar música francesa en la radioemisora del gobierno camerunés y, tras apagar el radiosintonizador, procedió a encender la televisión, encontrándose para su sorpresa con un Camilo Sesto en pleno apogeo de su carrera, presentándose en el festival internacional de la canción de viña del mar, certamen que estaba siendo transmitido por primera vez en su historia por Eurovisión

apenas pudo contener la emoción. fue gritando a los camarotes donde al principio no le creyeron pero al rato la mayoría de los chilenos presentes estaba frente a la televisión, siguiendo la transmisión que duró hasta entrada la mañana

esa misma mañana apareció frente al destacamento chileno un contingente de negros africanos y cubanos dispuestos a la batalla. la mayoría de los conscriptos se encontraban durmiendo y la señorita Malache terminó dialogando en español con un agradable militar guantanamero

los conscriptos se levantaron aunque no estaban preparados para el combate, pero los tres comandos quisieron dárselas de héroes y atacaron por la espalda a algunos cameruneses, logrando herir a dos, pero sin éxito, resultando muertos cada uno de una decena de disparos de metralleta, quedando el cuerpo del capitán Korpaski mutilado en la tierra

los conscriptos no supieron defenderse, por lo que el ejército popular procedió a desalojarlos e incendiar el lugar, para luego retirarse con la señorita Malache, dejándolos solos en medio de la selva sin saber qué hacer

como no tenían comida, empezaron a caminar buscando frutas, pensando en  dedicarse a la caza, pero a pocos kilómetros de selva encontraron un extenso humedal lleno de camarones, con los que se alimentaron durante semanas, durmiendo en sus carpas de campaña

durante una mañana en la que recogían camarones a destajo, apareció en la bahía una balsa tipo zodiac del ejército camerunés que los envió de regreso, primero a Limbe, y luego a Malabo, donde fueron obligados a trabajar como obreros durante varios meses para ahorrar dinero para comprar sus pasajes de vuelta a Chile, vía París

así es el capitalismo, les explicó OBiang cuando los fue a despedir al aeropuerto, regalándoles a cada uno una botella de licor de ñañame y una medallita de agradecimiento por los servicios prestados a la patria

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