jueves, 4 de diciembre de 2014

Sembrando el terror desde la puta cotidianidad

Llegué al paradero y había tres mujeres: una negra con cara del bronx, una rusia con pinta de alemana, y una asiática con cara de China, y, después de verificar la información vía aplicación Android, vociferé:

-one point six kilometers.

Las tres gringas me miraron con intriga.

-less than ten minutes.

Más intriga.

-two one two-,  dije,  mostrándoles que la doscientos doce para en ese paradero.

-oh,  thanks-, me dijo una gringa, pero no sé si las tres entendieron.

Entonces esperé un par de minutos y,  luego de verificar nuevamente vía aplicación Android, les dije:

-its one kilómetros away now, les dan seven minutes. It looks like a slow bus.

-oh, we need a fast bus- comentaron las gringas entre ellas.

Así que seguí en el paradero esperando y caché que iba pasando gente y que las tres gringas hablaban en inglés súper fuerte y me acerqué a ellas y les dije, despacito, con mi cabeza metida en medio de su conversación :

-you should not speak english so loud. It's a little dangerous right here. Keep it quiet (por déjenla piola).

Estábamos en el PD99, Macul con Grecia hacia el norte. Frente al paradero, un servicentro copec y un mcdonalds; detrás, un mall. El "a little dangerous" fue pa puro sembrar el terror.

Medio minuto después volví a verificar la proximidad del bus vía aplicación Android, y vi que la 212 ahora decía "no hay buses que se aproximen al paradero", pero que la 104 venía a 20 minutos, así que vociferé:

-¡okey!

Una vez que las tres gringas me miraron,  caminé los tres pasos que me separaban de ellas y, mostrándoles los datos en el teléfono (datos en español, mostrándoles con el índice lo que "traducía" para ellas), les dije:

-two one two shows me no buses now, but one o four is four point seven kilometers away, less than twenty minutes.

Me miraron, si se quiere, agradecidas, y proseguí:

-i will go on walking- dije apuntando por Macul hacia el norte-, and i think you should take a taxi- eso último, pa puro sembrar el terror, y también pa apañar al gremio de transportistas urbanos.

Y me fui caminando, sin mirar atrás.





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