sábado, 18 de marzo de 2017

cabros me da un poco de vergüenza lo que hice. como les había comentado, en el curso hay dos o tres jóvenes, cuyos apellidos desconozco, que no parecen pertenecer, como la mayoría de los demás, a los estratos socioculturales más bajos de este antipaís. en otras palabras, no son ná de pobres. tampoco son tan pitucos si están en esta. hay uno en particular que tiene no pocas espinillas en el paño y dos corridas de frenillos grises inundándole los dientes. buena persona yo diría. lo había cachado dos o tres veces el primer mes, empleado del retail, veintipocos. ahora desde la semana pasada tengo clases con él. no le va bien ni mal. no participa mucho en clases, aunque llega temprano y tiene mirada de comprender lo que está pasando a su alrededor. ayer llegó media hora tarde, con el rostro desencajado, la mirada perdida, el profesor le requirió explicaciones acerca de los motivos del retraso, recibiendo una respuesta vaga del tipo "tuve algunos problemas". se sentó cerca mío, o sea que lo estuve sapiando, tenía la mirada perdida, estaba pensando en otra cosa, no escuchaba la clase. en el break me olvidé de él, bajé con los demás compas a tirar el tallón con un cafesáceo. por motivos azarosos volví al salón de clases de los primeros, encontrándome con este cabro sentado solo en medio de la sala, escribiendo desesperadamente en una hoja de su cuaderno. como lo caché en ese momento íntimo, no quise interrumpirle, desviándome como si fuera pa otra parte, pero el loco me cachó, sin mirarme. procedió entonces, en un gesto teatral aunque no alumbrándosela, a arrancar la hoja casi entera escrita, arrugarla convirtiéndola en una pelota, lanzándola en el basurero del salón, para salir de la sala camino al baño. el gesto tuvo al menos otros dos posibles espectadores, que no sé si miraron como yo. mi compare estuvo todo el resto de la clase con el gesto de perderse en su dolor, sin prestar atención a las idioteces del profesorado. terminando la sesión, híceme el larriox durante casi dos minutos y cuando finalmente todos salieron de la sala me agaché metiendo la mano al basurero, recuperando la escritura del loquito, como dije, una página casi entera de texto, cuya fotografía comparto a continuación con ustedes y cuya materialidad atesoraré por algún tiempo para no olvidarme de ¿qué?

(perdí la fotografía)

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