jueves, 28 de diciembre de 2017

Cuento con moraleja



El exceso es tan malo como la carencia.

Llegó un dia el ciruelo como de costumbre pidiendo plata, de tanto esforzarse por dar lástima, en su vida no quedó otra opción que mendigar. Pidió plata al Julián, el trabajolico hombre pyme, más trabajador que prosperó, han pasado por sus manos varios miles de millones invertidos en generar más morlacos. Aleccionando al ciruelo le contó como desde adolescente el que venía de una familia humilde con apenas 2 autos podía trabajar día y noche para tener 5 autos.  Que antes era flojo, pero un Buendía la mano invisible del mercado llegó una noche para masturbarle. Desde ese día no había dejado de trabajar, ni vender, ni transar, dormir poco, comer dereepente y etc.

Pa Que trabajai tanto agialo si estai tan cagao de hambre como yo, pero más cansado.
¡ Porque puedo hacer esta wea poh tonto weon!

En el acto fue a comprar un banquete de comida rápida varias hamburguesas de fabricación industrial papas fritas y mucha gaseosa. Comió hasta hartarse y al ver la cara desesperada del ciruelo comió un poco más y mientras mas ojiplatico se ponía. Mas comía el otro weon hasta que de pronto se le colapsaron los órganos internos. Mientras se retórica el ciruelo se arrastró como cuadrúpedos a comer las sobras.

A pesar  que en la mesa aún quedaban hamburguesas intactas. Bastó un sólo bocado de eso para que el ciruelo se retórica. Su digestión era tan mala tan poco había comido que labrada se chequeo el estómago.

El par de weones murió ahí.

la escasez es tan mala como el exceso

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