No es posible saber los orígenes de lo humano, no sabemos el momento en que despertó esa conciencia de ser lo que se es. No sabemos la forma en que se dio el chispazo, no sabemos ni siquiera si fue un sentir que se encendió o una sensación que se apagó.
Lo cierto es que existen al menos 2 Humanidades, constantes y simultáneas, que son el sustrato sobre el que emerge toda religión, toda filosofía, toda ideología y comportamiento o sueño inconsciente de cada tribu o civilización.
Dentro de nosotres, cada uno de nosotres y todes nosotres en conjunto se lucha una elección por la forma de vida y relación con el mundo.
La Humanidad devoradora de oro y la humanidad sembradora de selva.
- Los comedores de oro desgarran y destruyen el planeta para extraer el metal consumen, del que jamás se sacian, sin posibilidad de reciprocidad. Eso sí, el oro les da la posibilidad de construir las más grandes maravillas que permite la técnica. Los comedores de oro son los creadores de los oficios, las ciencias y las artes. La única relación que establecen los comedores de oro es la depredación, tanto con sus dioses, con las cosas, con los seres vivos, con sus iguales y con ellos mismos. Algunos son torpes y toscos y al depredar cabalgan sobre el horror y la crueldad.
Hay en cambio refinados comedores de oro y sutiles que esconden bajo la pulcritud estética toda la crueldad que requiere su vida.
Por otro lado los sembradores de selva tratan al mundo como si fuera su hermano. Ven en cada relación la posibilidad cultivarse en conjunto con lo otro, que para ellos es también si mismo.
Ese espíritu fraternal lo tienen con sus dioses, las cosas, los seres vivos y consigo mismos. Eso sí, su desarrollo tecnológico es lento, sus oficios son más simples, su ciencia y su arte son más sutiles. Todo lo que piden lo retribuyen.
Mientras los comedores de oro construían Babilonia, los sembradores cultivaban el Amazonas.
Por milenios a avanzado fiero y rápido el imperio de los comedores de oro, devorando la carne metálica del planeta y ahora bebiendo la sangre negra con la que hacen que Babilonia vampiriza a la naturaleza.
Avanzan con la guerra como herramienta, perfeccionada de crueldad. Los comedores de oro son la sentencia a muerte del planeta en su totalidad. Eso sí, que nadie se confunda, ni dude siquiera que entre los sembradores de selva están los más magnificos guerreros, pero como dijimos con ciencia y arte son sutiles.
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