Era el tiempo en el que estábamos buscando casa, para arrendar juntos. En una linda casa esquina en al lado de un colegio especial, a varias cuadras del metro, frente a la comida china. Lo primero que vimos en secreto era donde instalar la antena para la radio pirata que queríamos poner.
Teníamos los papeles listos avales de mi hermana y el de su papo, habíamos ido especialmente a verlo a la oficina de la minera para pedirle el favor. En ese tiempo nadie sabía que estábamos pololeando, aunque jamás pololeamos. Solo culiabamos de cuando en vez.
Salí terrible contento para ir a verlo a la oficina. En el camino vi una loica y un sapilongi juvenil con una polera que decía "te vendo mi vida". Quemé un poquito para sentirme a tono, compré un almuerzo saludable y contundente. Llame al esté que estaba encerrado en su wea de oficina, le grité por el auricular que almorzáramos. Me dijo que terminaba de mensurar un mapa de estacionamiento y salía altiro. Se demoró un poco más de lo que había amenazado, pero bajó corriendo de ese antro de mierda en que lo mantenían prisionero. En un rápido movimientos de mano le pasé el chupete cargado, con un movimiento aún mas rápido, escandaloso y acrobático, dio un giro mientras pegaba una profunda aspirada. Le pregunté ¿por qué hacia eso? después de unos 10 pasos que se esforzaba por mantenerla ignición dentro los pulmones, caminando como si nada y exahando de forma que no se notaba que estaba haciendo. Me dijo que: primero le gustaba, segundo con su movimiento acrobático distraía de la maniobra ignifuga, tercero porque ningún agueonao de esta puta ciuda se atrevía a mirarlo después de hacer el ridículo con insolencia.
Almorzamos en el parque, planificamos la vida en la casa, la organización los carteles que colocaríamos para lectura de transeúntes. Vimos una casa abandonada le dije que la ocupemos, me contestó que la dirección de vialidad ya la había loteado y que sería un edificio de 26 pisos. ¿Como pueden meter tanto piso en tan poco espacio? me respondío que simplemente lo lograban.
Volvió más tarde a su jaula laboral. Yo me fuí camiquemando a la hora más o menos me llegó un correo al celular con la entonces incipiente tecnología del internet movil. La corredora mantenía el contrato con los antiguos arrendatarios. Mientras releia el correo buscando una arista por la cual alegar, por lo menos insultar, me llamó y me dijo que lo hecharon. Toda su unidad sería tercerizada. Todo se fue a la mierda, me devolví para verlo.
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