lunes, 14 de marzo de 2022

Terror en cauquenes

 yaaaaaa imagínenese que esto sucede en un contexto laboral industrial aislado, quizá una explotación minera o tal vez petrolífera, la rutina del aislamiento divide a los biohombres entre los que hablan y los que escuchan, algunos cuentan poco y otros se desdicen inventando tonteras para sorprenderte. Este turno llegó un cabro nuevo, venía de una ciudad rara como Fresia o Los Muermos, no me acuerdo ya. Daniel

ahí dentro, pernoctamos en grupos de 4 o 6 personas, lo llaman "la habitabilidad" y la verdad habitamos de forma más o menos cómoda, pero nos escuchamos roncar los unos a los otros, y en este caso el muermino -o llanquihuense parece que era- se pegó unos gritos asustado en la noche, nada taaan fuera de lo habitual, entre los que hablan y los que roncan y los que se ahogan, un gritito o incluso un llanto pasa piola. Pero la segunda noche otro gritito, y a la tercera noche el compare entró en lo que parecía ser un ataque de pánico durante el sueño porque se agitaba en la cama, no convulsionado pero parecido, y hacía unos gritos ahogados terribles que reflejaban mucho dolor o angustia. Prendimos la luz, lo despertamos, y la verdad es que se despertó altiro, nada más le hablamos y abrió los ojos y dijo que era una pesadilla, pero tenía la mirada desencajada y el rictus demasiado tieso, miraba fijo la pared iluminada por luz blanca, le decíamos hmno estai bien? y él decía que sí que estaba bien pero que había tenido una pesadilla. Después apagamos la luz y seguimos durmiendo

la cosa es que al día siguiente en la tarde nos agarra a varios en la sala de estar, le bajó el volumen a la tele, y se pasó al grupo de los que hablan -yo como siempre me quedé entre los que escuchan. Parecía querer que lo entendiéramos, que entendamos por qué gritaba en la noche, o sea quiero decir que desde que le bajó el volumen a la tele se notó que iba a explicarnos el tema de los gritos, también porque era obvio que a todos nos había afectado un poco en el ánimo, pero con el gesto del control remoto y la subsiguiente insonorización del habitáculo todo agarró un tono yo diría que sombrío, indudablemente dramático, a las finales tenía una cara de que nos iba a contar algo "terrible"

dijo que él, actualmente en Purranque, tenía la tremenda vida, que habitaba una casa de 7 piezas y 4 baños, mostró fotos de los baños, y del patio de su casa. Dijo que a sus 32 años tiene "cualquieeer" historia que contar, que ha vivido muchas cosas. El asunto es que su papá tiene, o tenía porque parece que se murió, un local donde comercializaba cebollas en un mercado de Puerto Montt. Le fue bien durante muchos años y compró varias casas en los alrededores, en una de ellas habitaba mi colega. Desde los 12 o 13 años (contó todo esto sin que nadie comentara nada) había ayudado a su papá en el negocio. Compraban cebolla en campos y las llevaban hasta el mercado donde las vendían al por menor. Iban entonces, en el camión, a cargarlo se cebolla en campos de viejos en tegualda, rupanco o entrelagos, después volvían a puerto montt y repartían cebolla entre las verdulerias y mantenían la bodega en el mercado

en cierta época el papá empezó a comprar cebolla a mejor precio, pero muuuuucho más al norte, en Quirihue, región del Maule. Demoraban dos días en ir y volver. Resultó que en uno de esos viajes, mientras se preparaban para dormir en una carpa al costado del camión, esto en un campo a unos 15 kilómetros de Quirihue, fueron invitados a la "noche cauquenina", en la vecina urbe de Cauquenes, donde asistieron al saludo de la reina de cauquenes (una chica de 16 años que saludaba y sonreía desde un carro alegórico), y participaron de esa especie de carnaval que se arma entre los carros alegóricos, pero que está dominado casi exclusivamente por el comercio

iban caminando juntos en medio del gentío, y Daniel derrepente se encuentra con una enorme jaula de madera, circular, de dos metros de altura y uno de diámetro. Mirándola, calcula que media docena de niños de su edad caben fácilmente en la jaula. Está repleto de gente alrededor y ve cuatro paquetes que reposan en el suelo, dentro de la jaula; son unos paños negros que se agitan. Un hombre de capa también negra e incluso gorro negro recibe un pago y levanta uno de estos paños. Aparece en escena el ave más espantosa que hayas visto, es deforme, está llena de sangre, cicatrices y coceduras, vuela apenas y cae aparatosamente al suelo, donde se agita y convulsiona de forma asquerosa y lamentable... el niño observa con atención un segundo y ve horrorizado que la criatura tiene ¡dos cabezas! Su ánimo entró en un torbellino, se sintió mareado y agitado y recién en ese momento se vio solo, sin la compañía de su padre, desesperado ahora por la falta de su protector, que suponía a su lado, corre entre la gente, buscándolo pero corriendo en círculos aparentemente porque vuelve a encontrarse con la jaula, y ve que un hombre explica, dice que con un bisturí cortó el ala izquierda de una tórtola, y también cortó el ala derecha de la otra tórtola, y después cosió a las dos tórtolas y las alimentó lo mejor que pudo, y así inventó las tórtolas de dos cabezas. Por 5 lucas podías verlas volar, aunque algunas mueren

Daniel dice: yo vi eso hermano, yo, se toca el pecho, estoy seguro que escuché eso, pero no lo he vuelto a ver. Fue en Cauquenes hmno, y fue el año 1996, a fines del verano, y desde que lo vi tengo la pesadilla, es una pesadilla donde soy un imbécil, pienso solos siete u ocho palabras, ¡Duele! ¡Vuela! ¡Sígueme! ¡Suéltame! Pero lo principal es dolor, siento que un brazo está hecho de pura carne abierta y que me duele a morir, con una fiebre y un mareo y una agitación provocada por otro ser cuya carne viva se refriega con la mía hasta que ¡se hace la luz! , me deslumbro con la luz blanca del sol y en medio de un dolor punzante y totalizante vamos de cabeza a estrellarnos contra una pared, ahí despierto, agitado y sudando, a veces el dolor se siente como si me fuera a morir, me paraliza o me da pánico, pero bueno... Finalmente buscó tranquilizarnos asegurando que eso sueños le sucedían una o dos veces cada año, que lo tenía bajo control, para que no nos preocupemos

el tema es que dos o tres noches después de eso se puso de nuevo a gritar como desquiciado en la cama, tipo 5am, pero esta vez, cuando lo despertamos, se demoró varios minutos en tranquilizarse, se tocaba un brazo y nos miraba amenazante, listo para defenderse. Derrepente, despierto y asustado, empezó a gritar de forma muy angustiante, dolía en el alma escuchar sus gritos de dolor. Tiró lejos las almohadas y el cubrecama, y cayó desmayado. Le tomamos los signos vitales y estaba bien, aunque con el rostro desencajado. Ya iban a ser las 6 de la mañana y nadie se atrevía a dormir, excepto Daniel que estaba roncando. Se habló con la jefatura y 9am llegó un transporte de emergencia donde subió obligado, por que decía estar bien. En la compañía de medicina ocupacional calificaron el incidente como crisis de angustia, y le suspendieron el contrato. Mandó fotos desde el hospital del trabajador y después mandó una hermosa foto de uno de sus baños y del terreno de su casa en Purranque

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