Mira la luz, dijo el fotógrafo de la galería. Piensa en Jesús dijo mi tía pechoña.
Yo sólo miré la luz y posé como modelo obediente miré la luz y pensé en la luz y nada más.
Mi tía pechoña y orgullosa de inmortalizarme en un santito, ni más ni menos que un santito de primera comunión de mi propia primera comunión con la novedosa e increíble tecnología de la fotografía digital el scaner y el fotomontaje.
Mi tía de rasgos indígenas y actitud inglesa rezaba para que yo fuera santo, cura o civil consagrado por lo menos. Yo crecí interesado en las cosas de dios, aterrorizado por la eternidad, crecí viendo el discovery channel, horrorizado por los agujeros negros que eventualmente devorarán todas las galaxias en miles de millones años más. Y todos pasarían al cielo pulcro y desinfectado de los católicos, me daba más miedo ese cielo que el infierno, como el terror al futuro a la promesa de felicidad. Mira a la pared y no pienses en nada , deja que los pensamientos pasen, no te fijes en ninguna idea, no abandones la posición del loto, Me dijo el monje zen, me cuesta concentrarme porque en las paredes se forman pequeños agujeros negros super masivos, tengo las puertas de la mente abiertas y la información fluye como cuando alcancé a rozar el Satori mientras me sacaban la foto de primera comunión.
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