El carrito en el que comí mi almuerzo decía Karma free, porque era vegano y krishna. Entonces no habían animales muertos adicionados como biomasa comestible en mi pizza, en mi fajita, pero entonces me pregunté ¿será que las verduras y plantas, la lechuga que no semilló, el trigo molido de las masas, los tomates, las sojas, incluso los habitantes del reino funji, no me manchan el karma cuando los trituro con mis dientes y los disuelvo en mi guata? Seguramente no, dije y tiré a la basura la bolsa de plástico, con las bandejas de poliuretano expandido, las películas de polietireno y el vaso transparente de derivado del petróleo producto de la invasión gringa a cualquier país del medio oriente.
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