miércoles, 10 de julio de 2019

mi personalidad es una síntesis de las personalidades de las personas con la que me abrazo



estoy en la torre. me tocó vivir en el desastre del libremercado. es la era del atraco normalizado, del robo a gran escala. mi tiempo, a libre disposición de toda clase de empresarios sin escrúpulos, se mantiene a la venta en el mercado laboral, pero ¿a quién beneficia? ¿quién puede vivir vendiendo su energía vital? hoy, como llevo haciéndolo desde hace dos años, volví a gastar parte importante de mis ingresos diarios en un taxi que me depositó hecho un estropajo en un centro de reclusión laboral. no he salido del todo a la vigilia cuando cruzo la puerta. ahí adentro tengo que mostrarme convencido de que estamos en medio de grandes proyectos, simulo apasionarme por el trabajo cada vez que me hablan. si no me hablan, no digo nada. por suerte somos pocos, nunca más de 10 personas, incluyendo al explotador. es una casona pequeña en santiago centro. pese a los reclamos del jefe, me encierro en la oficina que nadie ocupa diciendo que necesito espacio y silencio para concentrarme. paso el día viendo vídeos de águilas que persiguen cabras en los montes himalayas. mapas con las rutas que solían hacer los elefantes para encontrar agua en el sudeste asiático, antes, claro, de la proliferación desmedida de humanos y ciudades y carreteras y cercos y muros. ya ningún animal salvaje más grande que una rata vive en su hábitat natural. está todo invadido de gente. el territorio fragmentado por propietarios, negocios, compañías, ciudades, estados. las grandes migraciones son cosa de la national geographic, vestigios en vídeo de un planeta que ya desapareció. ¿es este el destino de mi vida? ¿ver vídeos del pasado encerrado en una oficina?

por fin el reloj marca de las siete de la tarde. me asomo a la oficina del carcelero para dar cuenta de los avances que realicé durante la jornada en los importantísimos proyectos que ejecuta la empresa. nunca digo la verdad. tengo suerte: quien me paga el sueldo no sabe nada de informática (yo apenas manejo algunos softwares), y juego al ilusionista, puedo inventar que pasé todo el día resolviendo un problema que me tomó 2 minutos resolver. el imbécil me cree. me voy satisfecho de ese pequeño logro, aunque reconosco que después de 10 horas encerrado en ese local no tengo energía para mucho. generalmente camino hasta esa esquina donde un tal chico-pollo vende marihuana prensada con cal y neoprén. le digo: flaco vende un mono. el chico-pollo sabe que bromeo, no me vende pasta base sino un papelito lleno de un polvo grueso, blando y café (le decimos "paragua"), donde incluye también un papel de liar. enrolo sobre la misma y me retiro caminando lentamente. por fin volao, me desplazo con más calma en el espíritu, pero la pesadez del cuerpo cansa el doble. tambíen consumo ibuprofeno. son unas pastillas blancas que me reaniman, hacen que me deje de doler la cabeza o me dan energía, no sé, las mezclo con paracetamol y café en polvo

conosco un grupo de gente razonable que tampoco gusta de vivir esta vida. por supuesto, su energía vital, igual que la mía, se transa en el mercado laboral. la que nos resta, la usamos en consumir cerveza, a veces experimentar con drogas, y caminar. aparentemente, los demás resuelven su sexualidad mucho mejor que yo, que ya no sé cómo hacerlo. hace años pude, pocas veces, que sin duda me hicieron feliz. puedo decir que conocí el amor como un suceso independiente al hecho de que ya lo perdí. hoy en día nada, no sé aproximarme a la gente en esos términos. una relación monogámica de varios años me dejó perplejo. ya no puedo creer en la pareja estable, en el amor eterno, en las tarde haciendo planes para toda la vida. esos cuentos de la tele no valen nada. por ningún motivo recurría a la prostitución, me conformo con mi mano amiga y la lista de videos amateur de los canales internacionales de pornografía en la internet. me parecería inmoral seleccionar alguna vídeo tomando en cuenta una serie de imágenes en miniatura, así que veo siempre el primero de la lista en la categoría amateur, luego el segundo, y así con el 3º, etc... la regla es nunca adelantar o pausar las vídeos, así siento que es una forma algo menos inmoral de consumir porno, aunque no deja de avergonzarme hacerlo metido en el baño de la oficina. siempre me pregunto si los demás también se masturbarán ahí

llego con los paraguas del chico-pollo, ¡por fin estamos juntos! ¿cuántos somos hoy? vamos quemando en el chupete, pequeña herramienta que junto al encendedor nos ayuda ahorrando paragua, y facilitando el consumo vía microdosis, técnica que nos hace experimentar más intensamente las sensaciones. lo siguiente es salir de la ciudad. uno a uno van pasando un sinfín de locales comerciales frente a nuestras miradas. después aparecen esos barrios prefabricados deconstrucciones californianas que las inmobiliarias instalan denominándolos "condominios" (las casitas cuentan con antejardín, y poseer uno o más vehículos a combustible fósil parece ser requisito). finalmente todo acaba en una reja, son de madera y alambre, delimitan el llamado espacio urbano, eso que últimamente denominan "nuestra zona de confort": pavimento generalizado y extinción masiva de toda especie no controlada, expecto la humana (tampoco controlada). del otro lado se abre un sendero, en la oscuridad, y vamos quedando rodeados de una vegetación baja, el famoso bosque esclerófilo achaparrado, en esta noche cubierta, sin luna, sin misterios, sólo nos alumbra la luz de la ciudad en las nubes

queremos cambiar nuestros puntos de vista, así que repasamos nuestra comida: tenemos unas galletas que fueron producidas en Canadá ¿puedes creerlo? están buenísimas, en su empaquetadura cuentan con 3 sellos octogonales negros con los que el estado chileno nos asegura una mejor experiencia pues están certificadas como tóxicas para nuestros organismos. después el atún. es un filete del atún de aleta negra, proveniente del atlántico. se produce en un buque factoría que imaginamos de origen chino pero con tripulación india, que captura estos peces pelágicos alrededor de las malvinas, dejando su carga en Itajaí, Santa Catarina. ahí los almacenan en un container MAERSK (compañía, por cierto, neerlandesa) que un buque CMCO de origen inglés pero con tripulación panameña transporta vía estrecho de Magallanes hasta San Antonio. un camión Wolksvagen lo trae hasta La Florida y nosotros lo subimos al Panul. de ese modo se nos presenta la alimentación. como es verano, trajimos un melón tipo tuna. sabemos que estos los hacen acá en la zona, aunque no tenemos noticias de grandes plantaciones de melones o de zonas "meloneras". un plátano para cada uno, provenientes de Ecuador, los vamos untando en un pote con avena cruda, y esa sí que no tenemos idea de dónde viene, la compramos el fin de semana en una feria libre. hacemos este repaso porque creemos que analizando profundamente la realidad podremos llegar a ser quienes nosotros queramos

ya, armemos la carpa entonces po mono, yo igual estoy cansado. además que así, entero volao y en plena oscuridad, no me parece que vaya a ser una tarea fácil todo esto de armar una carpa Doite Heritage, ¿sabíai que es un empresa chilena? hedionda a invasión cultural europea eso sí, todos sus productos usan anglicismos. ¿cuántos somos hoydía? la carpa está en el baúl enterrado, detrás de esta piedra que ya he visto incluso en sueños, junto con las botas de agua y no sé ké más, cachureos que se nos van acumulando. mientras clavamos las estacas, el mono comenta que llevamos tanto rato durmiento en el cerro que hoydía cuando le preguntaron la dirección no supo qué contestar, pasaron como 10 segundos antes de decir la semi-verdad programada para el caso, que vive donde la Rita en La Florida. al final vivir aquí arriba del cerro es casi lo mismo, pero nos exige esta verdadera salvación espiritual que es caminar durante tres horas al día, de casi no ver ángulos rectos durante el fin de semana (apagamos los teléfonos con carga al 100% el viernes en la tarde y volvemos a encenderlos recién a última hora del domingo), de recibir visitas misteriosas durante la noche, de tamaño indefinible a través del muro de plástico, ¿te cachai es un puma? qué rico que por lo menos nos tenemos a nosotros mismos. ¿cachaste esas parejas que se quedan dormidas viendo tele? ni cuando vivíamos abajo éramos TAN así. ahora, antes de dormir, no sabemos qué anda afuera, todo el rato se nos percibe un cierto miedo a lo desconocido, es como un diablo que se te mete, una adrenalina, y es el ritmo de la respiración lo que evidencia el miedo, audible por cualquier fiera, así que procuramos evitarlo. nos tenemos a nosotros mismos, ¿cuántos somos hoydía?, es rico poder quedarnos dormidos así, abrazados, piel contra piel, mono, siempre juntos como hermanos, iluminados y protegidos

de mañana, el calor de nuestros cuerpos nos reconforta, aunque estamos un poco sudados. el frío no es problema, menos en verano. cuando suena la alarma es de día. desde el invierno que no usamos las botas de agua ni los bototos ni el paragua. acá arriba no necesitamos consumir nada, sólo alimento e hidratación (hacemos ayuno la primera mitad del día). la caminata hasta el cerco de madera es un mundo, el sol detona sensaciones por todo mi cuerpo, avanzo en un trote suave, asegurando en voz alta que es más fácil trotar que caminar lentamente. la fuerza, trato de mantenerla incluso en recovecos y sinuosidades pronunciadas, no calmar el ritmo, voy motivadísimo. esta caminata se acaba cruzando la reja hacia la zona émula del suburbio californiano. es un golpe bajo que azota mi espíritu 5 días a la semana

¡conchetumadre! toda mi familia y mis amigos, viven todos aquí (aunque en zonas de apariencia más metropolitana, ¡incluso peor!). ¿dónde tenemos el chupete cabros? weón mandémonos un pipazo al toque, mira, hay un perro muerto en la esquina, ¿sentiste el olor? mira allá, esa señora apenas puede caminar ¿ayudémosla a cruzar la calle?, ¡vamos!, pero no podemos ir todavía porque hay luz roja, hay que esperar la verde para ayudarla, pero ahí viene la micro, aunque la E03 igual pasa seguido, así que crucé a ayudar a la señora con el olor del perro muerto en los bigotes, ¡y la señora no aceptó mi ayuda!, chao, tampoco le voy a insistir, pero ahí se me pasó la micro, filo, cachai, toda esta situación es un poco tonta, de nuevo voy a llegar tarde, en realidad lo que quiero hacer es sentarme en la cuneta a llorar cachai, eso es lo que más me motiva. pero venden café, y más allá está la s4lc0 br4nd, 4 gambas el café, a 1500 la tira de ibuprofeno, más el pipazo, ahora sí que estoy hecho mierda, me vendría faltando una energética, ¿espero la micro? voy a llegar tarde y el cerdo explotador me va a amonestarme otra vez, la amenaza siempre latente del despido, ¿ké hago? estoy apunto de salir corriendo de vuelta pal cerro, todos los estímulos significan estrés

ya conozco la solución. hace tiempo que descubrí los taxis. son un espacio donde puedo hacer "algo" (desplazarme), sin tener que hacer "nada" (como afirmarme del fierro de la micro e intentar no incomodar a nadie). pero en ese lugar sucumbo ante la más profunda oscuridad, no logro detener el diálogo interno, aunque quiero y creo que lo intento, no puedo ser como un hermitaño urbano. estoy desmoralizado, tengo que empezar todo de nuevo, renacer, volver a ser ese yo-que-trabaja, y poco a poco voy planeando las actividades del día en la pega. la prioridad siempre es que nadie me webee, hacer el mínimo posible, alargar todos los procesos, "demostrar que mi pega vale" para que no me asignen más pega de la que ya me asignan... ¡qué estrés! desciendo del vehículo hecho un estropajo, no he salido del todo a la vigilia cuando cruzo la puerta y saludo a los colegas

igual me da risa pensar que ni se imaginan dónde dormí



martes, 9 de julio de 2019

El cuco se nos apareció por popa. Popa es una forma de decir, claro, porque hace meses estábamos usando la nomenclatura náutica para referirnos a las partes de nuestra casa rodante. Como decía, el cuco se apareció por popa cuando estábamos acampando en el radal siete tazas, región del Maule. Durante nuestro viaje, habíamos avistado ya más de 300 especies de aves y nos manteníamos en la búsqueda incesante del churrín, pajarillo con hábitos de roedor que apenas levanta vuelo. Por eso nos complicamos tanto con la aparición del cuco. Los felinos domésticos cazan sólo por entretenerse, ni siquiera se comen a sus presas. Para colmo, los felinos domésticos asilvestrados son excelentes ladrones, y este pequeño gato negro, que se instalaba a mirarnos desde la alta popa de nuestra casa rodante, ya se había hecho de dos vienesas y un paquete de salame. La Luna, mi eterna compañera de viaje, lo vio por primera vez justo antes del anochecer. Su silueta negra contrastaba apenas con el cielo ya casi oscuro. Más tarde, de noche, el gatito se hizo completamente invisible.